La reconocida empresa atraviesa su situación más complicada ya que desde el lunes 14 de octubre, cesará la producción de TDI (Diisocianato de tolueno), uno de sus productos más importantes, debido a la intensa competencia internacional y la disminución de precios provocada por grandes plantas asiáticas. Esta decisión tendrá consecuencias graves: más de 100 trabajadores quedarán sin empleo, generando un impacto profundo en la ciudad y la región.
Aunque busca reinventarse como proveedor para la industria de la espuma y continuar fabricando productos químicos y PAC (Policloruro de aluminio), la situación sigue siendo incierta. La gran incógnita es si estas medidas alcanzarán para mantener a flote la empresa.
La incertidumbre crece tanto entre los empleados como en la comunidad de Río Tercero. Este cambio abrupto deja en vilo a una ciudad que depende económicamente de la planta. Aunque PR3 ha manifestado su intención de continuar con otras líneas de producción, el futuro de cientos de familias se ve amenazado.
Esta crisis también repercute en Fabricaciones Militares, una de las principales socias de la petroquímica en la región. La reducción de empleos y la disminución de actividades generan preocupación sobre el destino de la industria local. El temor a que este ajuste desencadene un efecto dominó que afecte a otras empresas clave para la economía de Río Tercero es creciente.